miércoles, 19 de diciembre de 2018

PARÁBOLA DE LA FLECHA ENVENENADA















Buda, en la búsqueda de la iluminación, también intentaba descubrir cómo liberarnos de la ignorancia y el sufrimiento.

 Al igual que otros grandes sabios del pasado, propuso una filosofía práctica que nos anima a centrarnos en las cosas más sencillas como una vía para alcanzar metas mayores.

El taoísmo lo resumió perfectamente en una frase: un camino de mil kilómetros empieza por un solo paso.

Sin embargo, en la vida cotidiana nos resulta difícil aplicar estas enseñanzas.

En el Majjhima Nikaya, una colección de textos atribuidos a Buda que forman parte del Canon Pali, podemos encontrar la "parábola de la flecha envenenada".

Gautama Buda le contó esta historia a un discípulo que se mostraba impaciente por escuchar del maestro las respuestas a las "14 preguntas sin respuesta" relacionadas con cuestiones metafísicas como la vida después de la muerte.

"Hubo una vez un hombre que fue herido por una flecha envenenada.

Sus familiares y amigos querían procurarle un médico, pero el enfermo se negaba, diciendo que antes quería saber el nombre del hombre que lo había herido, la casta a la que pertenecía y su lugar de origen.

Quería saber también si ese hombre era alto, fuerte, tenía la tez clara u oscura y también deseaba conocer con qué tipo de arco le había disparado, y si la cuerda del arco estaba hecha de bambú, de cáñamo o de seda.

Decía que quería saber si la pluma de la flecha provenía de un halcón, de un buitre o de un pavo real...

Y preguntándose si el arco que había sido usado para dispararle era un arco común, uno curvo o uno de adelfa y todo tipo de información similar, el hombre murió sin saber las respuestas".

Al leer la parábola la primera idea que nos viene a la mente es que la actitud del hombre herido es absurda y necia. Sin embargo, Buda nos está diciendo que todos nos comportamos de la misma manera sin darnos cuenta.

De cierta forma, todos estamos heridos con esa flecha envenenada ya que, antes o después, moriremos.

Vivimos sin ser plenamente conscientes de nuestra mortalidad, por lo que a menudo le damos una importancia excesiva a cosas intrascendentes que nos impiden disfrutar del presente profundizando en un estado de preocupación innecesario.

Grandes enseñanzas para toda la vida. Céntrate en lo que realmente te ocurre.

En muchas ocasiones, para resolver un problema es importante no perderse en divagaciones, necesitamos actuar. Lo más usual es que detrás de esas cavilaciones se esconda el miedo y la incertidumbre.

Cuando nos enfrentamos a un problema y nos vamos por las ramas, aunque sabemos cuál es la solución definitiva, es porque tememos a algo.

Sin embargo, considera que a largo plazo las soluciones tibias solo sirven para generar más problemas, además de crear un estado de insatisfacción interior.

En otros casos activamos mecanismos de defensa como la proyección o el desplazamiento mediante los cuales trasladamos el problema fuera de nosotros mismos, o intentamos esconderlo.

Generalmente esto se debe a que no deseamos aceptar que formamos parte del problema, por lo que para solucionarlo primero debemos trabajar sobre nosotros mismos.

En cualquier caso, la estrategia nunca es mirar hacia otro lado, es importante comprender qué nos ocurre realmente y aprender a priorizar aquí y ahora.

Da un paso a la vez

La mente puede convertirse en nuestra mejor aliada o nuestra peor enemiga.

Podemos usarla en positivo para solucionar problemas o podemos usarla en negativo encontrando un problema para cada solución.

Para vivir con menos agobio y estrés la clave consiste en ir paso a paso.

Eso no significa que no podamos anticiparnos a los problemas, pero debemos asegurarnos de que no estamos alimentando un pensamiento catastrofista.

Céntrate en el presente, valora cuidadosamente la situación en la que estás y da un paso a la vez, ese paso no te llevará directamente a tu destino, pero al menos te sacará de donde estás.

Vive día a día, como si cada jornada fuera la primera y la última de tu vida.

Deja que todo fluya y que nada influya

A veces nos quedamos cautivos de los problemas, aunque estos ya se hayan solucionado o formen parte del pasado, ya que siguen rondando nuestra mente, provocando desazón, ira, frustración y rencor.

Cuando nos aferramos a lo sucedido, cuando no dejamos ir esas emociones y sentimientos, nos convertimos en sus esclavos.

En este sentido, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Harvard reveló que pasamos el 47% de las horas que permanecemos despiertos pensando en lo que nos ha ocurrido o lo que nos podría ocurrir.

Esa "mente errática" es la causa de que nos preocupemos excesivamente y de nuestra infelicidad. El mejor antídoto es centrarse en el presente y experimentar gratitud por lo que tenemos y lo que somos.

Así lograremos restarles impacto a las experiencias negativas y alcanzar el equilibrio.

Elimina todo lo innecesario.

Leonardo da Vinci dijo, "la simplicidad es la máxima satisfacción", y no andaba desacertado.

A lo largo de nuestra vida cargamos con muchas cosas, que solo sirven para generar caos y abrumarnos. Cuando te das cuenta de que puedes vivir sin ellas y ser aún más feliz, logras valorar más lo que tienes y te liberas de un gran peso.

Eliminar todo lo innecesario también se refiere a los sentimientos, creencias, estereotipos o sueños que no te pertenecen y que solo son un obstáculo.

Cuando mires dentro de ti, te asombrará descubrir que muchas de las frases de tu diálogo interior realmente no son tuyas sino que te las han inculcado.

Haz una limpieza mental y deshazte de las emociones que te dañan, como el resentimiento por un viejo suceso, la angustia por algo que probablemente nunca ocurrirá y el miedo a perder lo que tienes.

1. Reajusta las expectativas. Las expectativas son nuestra mayor fuente de insatisfacción. De hecho, casi nunca somos conscientes de ellas pero a menudo esperamos demasiado de nosotros mismos y de los demás. Cuando nuestras expectativas no se cumplen, nos sentimos mal y esto nos sume en un estado de frustración que genera muchísima basura emocional. Por eso, el primer paso para mantener limpia nuestra mente consiste en revalorar nuestras expectativas en función de nuestros recursos actuales y, si es necesario, ajustarlas. Al contextualizar tus expectativas puedes replantearte tus objetivos y llegar a tu meta sin tanta presión.

2. Mantén una actitud positiva. La mayoría de las personas son conscientes de la importancia de enfrentar los problemas asumiendo una actitud positiva pero lo cierto es que casi nadie lo hace. Una buena estrategia consiste en llevar un diario de la positividad; es decir, al finalizar cada día, tendrás que escribir al menos tres cosas positivas que te hayan ocurrido, por muy irrelevantes que te parezcan. De esta forma irás creando el hábito de ver y darle importancia a los aspectos positivos de las situaciones, lo cual te llenará de energía y te dará fuerzas para enfrentar incluso las peores jornadas.

3. Sé proactivo. No basta con mirar dentro de sí y darse cuenta de toda la basura emocional que almacenamos porque esto solo nos hará sentir mal, es imprescindible actuar. Recuerda que la introspección sin la acción puede llegar a ser muy dañina porque nos sume en un círculo vicioso que conduce a la lamentación. En vez de quedarte sentado viendo cómo la basura emocional se amontona, ármate de valor y comienza a sacar poco a poco esos sentimientos negativos que te impiden sentirte pleno. Por ejemplo, puedes tomar un curso de manejo de la ira, si este es tu principal problema, o aprender técnicas de relajación, si tu problema es la ansiedad. Recuerda que no podrás eliminar toda la basura emocional de un plumazo porque es probable que haya estado ahí durante meses o incluso años, pero si das un paso tras otro, paulatinamente, lograrás limpiar tu mente.

4. Acepta y deja ir. Una gran parte de la basura emocional que acumulamos proviene de errores del pasado que no hemos aceptado y que continúan lastrando nuestro presente. Cuando no logramos pasar página, las experiencias pasadas nos siguen dañando y, ante el menor estímulo, los sentimientos negativos asociados a estas se vuelven a activar. Por eso, es fundamental mirar atrás y liberarnos de las culpas, las recriminaciones y las frustraciones. De la misma forma en que hacemos limpieza en casa, debemos hacer limpieza en nuestra mente. Analiza las situaciones pasadas que te perturban, pregúntate si las emociones que despiertan te reportan algo bueno y, si no es así, prepárate para dejar ir esas sensaciones desagradables. La técnica de las hojas del río es ideal para eliminar la basura emocional ligada al pasado.

5. Sal de tu zona de confort. Nuestra zona de confort es ese “lugar” en el que nos sentimos cómodos y seguros porque tenemos el control de lo que sucede. Sin embargo, para que las cosas sean diferentes hay que hacerlas de manera diferente. No es suficiente con que limpies la basura emocional si continúas con los viejos hábitos y vuelvas a llenarte de resentimiento. Salir de tu zona de confort te ayudará a ver la vida desde otra perspectiva, te llenará de buenas vibraciones y te dará la energía que necesitas para emprender nuevos proyectos.

Si vamos más ligeros de equipaje no solo podremos llegar más lejos sino que también disfrutaremos más del viaje.








sábado, 24 de noviembre de 2018

LA CODICIA Y LA AVARICIA
















Las neurociencias podrían moderar

estos comportamientos perniciosos.

La condición humana está marcada hoy

por la avaricia y la codicia, convertidas en

valores por el pensamiento liberal dominante.

Su implantación ha dado lugar a la corrupción política,

consagrada por las mayorías parlamentarias.

Este comportamiento tiene una arquitectura cerebral

que las neurociencias podrían explicar y atemperar.

Javier del Arco


Existen signos evidentes de finitud, de agotamiento en el planeta. Y de ese agotamiento hay un solo responsable:   el Homo Sapiens.

Quiero recordar aquí nuevamente la reflexión de Kant sobre el ser humano, "con un leño tan torcido como aquél del cual ha sido hecho el ser humano no puede forjarse nada que sea del todo recto".

¿Pesimismo antropológico? Quizá, pero sobre todo realismo antropológico.

Basta echar un ojeada breve a la acción del hombre durante el siglo XX para comprender hasta qué punto han quedado manifestados y realizados los "vicios capitales" enunciados por Tomás de Aquino. Hablámos de exceso.

Quiero tratar en este breve escrito la primera consecuencia de esa terrible propiedad humana. Y esa es la codicia y su hermana gemela, la avaricia.

La avaricia es el afán o deseo desordenado de poseer riquezas, bienes, posesiones u objetos de valor abstracto y concreto con la intención de atesorarlos para uno mismo, mucho más allá de las cantidades requeridas para la supervivencia básica y la comodidad personal.

Se le aplica el término a un deseo excesivo por la búsqueda de riquezas, placer, estatus y poder. La codicia, por su parte, es el afán excesivo de riquezas o de personas, para su utilización ilícita, inmoderada y/o criminalmente lucrativa.

 También es aplicable en situaciones donde la persona experimenta la necesidad de sentirse por encima de los demás desde un punto de vista relacionado con,

-       el poder

-       la influencia política

-       el resplandor social

-       la ostentación

-       el éxito económico, sexual y de cualquier otra manera imaginable,

...permitiéndose incluso, en un obsceno alarde de cinismo, dar lecciones de supuesta probidad moral.

La codicia y la avaricia generan deslealtad, traición deliberada - especialmente para el beneficio personal - como es el caso de dejarse sobornar o exigir la recompensa ilícita antes de que los hechos se produzcan.

Es también la búsqueda y acumulación de dinero, objetos y posesiones de todo tipo (incluidas personas) mediante,

-       el abuso de poder de cualquier tipo

-       la estafa

-       el robo

-       el secuestro

-       el asalto en todas las variedades imaginables

Todo ello valiéndose de,

-       el engaño

-       el poder económico y político

-       los variados mecanismos de presión

-       la manipulación

-       la tergiversación o descalificación de las leyes que estorban,

...pasando por encima o engañando a las autoridades íntegras y de todo lo que puede quedar de limpio del entramado social y económico de la sociedad.

 Si algo se interpone en la codicia humana, sencillamente hay que cambiarlo o destruirlo.







En todas las épocas. Ciertamente, siempre ha existido la codicia como elemento consustancial del Homo Sapiens.

 Si estudiamos esta desgraciada propiedad de nuestra estirpe cainita desde las primeras civilizaciones hasta el siglo XX, detectamos su presencia e influencia en la acción humana a nivel personal o colectivo en todas las épocas.

Los avances tecnológicos han supuesto unas herramientas fundamentales para que la codicia alcanzase metas más amplias. Simultáneamente han refinado y extendido sus métodos de actuación.

Creo que en una buena y amplia utilización de la tecnociencia reside la configuración moral del hombre nuevo y la salvación de nuestro hogar, la Tierra.

Cuando la tecnociencia se sustrae al ámbito del progreso para el bien y se utiliza con fines desaprensivos, esto es, egocéntricos, codiciosos o de poder, inevitablemente aquella se convierte en un elemento auxiliar pero decisivo para hacer el mal conscientemente.

Schopenhauer, un filósofo fundamental, y por cierto hispanófilo declarado, con quien me identifico en algunos aspectos importantes, introdujo un razonamiento que parte de la división de Epicuro respecto de las necesidades humanas (o los placeres): las posesiones y el lujo han de contarse entre las que no son "ni naturales, ni necesarias".

El límite de la riqueza que se desea depende del horizonte de necesidades de cada cual y siempre es relativo. Las aspiraciones dependen del horizonte de lo que se considera posible alcanzar, y además Schopenhauer añade la frase que quiero resaltar: "la riqueza se asemeja al agua salada: cuanto más se bebe, más sediento está uno. Lo mismo vale para la fama".

Una reflexión para enmarcar que hace años estando en Miami, alguien muy codiciosa, quiso que simpatizase con ella, bien que dicho mucho más toscamente. Me produjo tristeza y asco.

Schopenhauer razonaba que la razón por la que los hombres desean siempre más dinero, incluso el poder, se desea, según Schopenhauer, por la riqueza a la que conduce.

Corrupción del espíritu

En un interesante y acertado artículo publicado en el diario El País el 6 de junio de 2010, titulado "Anatomía de la codicia" el filósofo y ensayista Borja Vilaseca, se pregunta, "¿Qué motiva a un hombre que lo tiene todo a querer más? ¿Por qué tantas personas se vuelven corruptas, mezquinas y perversas al alcanzar el poder?"

Vilaseca establece que, según la opinión de muchos psicólogos, los casos más conocidos de corrupción por codicia representan la punta del iceberg de uno de los dramas contemporáneos más extendidos en la sociedad: la corrupción del espíritu […] "Y es que, para cometer actos corruptos, primero tenemos que habernos corrompido por dentro. Esto implica marginar nuestros valores éticos esenciales - como la integridad, la honestidad, la generosidad y el altruismo en beneficio de nuestro propio interés"

Esta posición de Vilaseca coincide, a mi modo de ver, con la moral tradicional occidental de raíz judeocristiana, que seguía guiándose en esta cuestión, al menos formalmente, por el décimo mandamiento de las llamadas Tablas de la Ley, "No codiciaras los bienes ajenos".

El paso de los siglos y las adaptaciones culturales han desactualizado su vigencia formal y efectiva.

Hoy, paradójicamente, la codicia no es algo que, en el fondo, esté mal visto. Con frecuencia, es todo lo contrario: muchos apelan a ella como remedio de la pobreza.

Pues según dicen: ¿quien no busca su propio beneficio?

Y es que la codicia, al igual que la avaricia - que como ya hemos dicho vienen a ser lo mismo, pero con el deseo de atesorar - son términos que no se oyen, no están de moda.

Y sé que cuando una palabra sale del circuito natural de la comunicación humana, se desvirtúa también el concepto que la acompaña. Y en caso de mantenerse su original acepción, se buscan caminos para desvirtuar los significados. De ahí que se hagan esfuerzos por cambiar los términos con el objetivo de modificar lo que significan. Con las palabras se van los conceptos. Con ello, unos tranquilizan sus conciencias y otros tratan de adaptar la realidad a sus intereses.

La corrupción política se refiere al mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima generalmente de forma secreta y privada. El término opuesto a corrupción política es transparencia.

Según Hernández Gómez, la corrupción se define como, "toda violación y/o acto desviado, de cualquier naturaleza, con fines económicos o no, ocasionada por la acción u omisión de los deberes institucionales, de quien debía procurar la realización de los fines de la administración pública y que en su lugar los impide, retarda o dificulta".

Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado legítimo.

Las formas de corrupción varían, pero las más comunes son,

-       el uso ilegítimo de información privilegiada

-       los sobornos

-       el tráfico de influencias

-       las extorsiones

-       los fraudes la malversación

-       la prevaricación

-       el caciquismo

-       el compadreo

-       la cooptación

-       el nepotismo

-       la impunidad

-       el despotismo

La corrupción facilita a menudo otro tipo de hechos criminales como,

-       el narcotráfico

-       el lavado de dinero

-       la prostitución

-       el tráfico de personas

-       las agresiones al medio ambiente…

La corrupción no se restringe a estos crímenes organizados, y no siempre apoya o protege otros crímenes.

En la practica, en las llamadas democracias avanzadas, con los comportamientos corruptos próximos al poder, casi nunca pasa nada. Quedan exonerados con lo que se entiende como castigo político.

Un castigo que se reduce, normalmente, a "perder el poder", para volver a alcanzarlo cuando las aguas se hayan calmado. Y si se mantienen los cargos después de unas elecciones, la consecuencia es que lo que se hizo, aunque fuera una fechoría, se considerara positivo, ya que el pueblo así lo dictamina.



De manera que la moral publica se asimila a la opinión de la mayoría. Así, lo que esta bien o mal acaba reducido a la relatividad democrática. Hecho que explica, de alguna manera, los por que de la sociedad relativista actual. Son las mayorías - por lo general mayorías minoritarias - las que dictaminan lo que es bueno y lo que no lo es.

Pero en el mundo actual la pérdida de valores resulta demasiado general. Lo que se trata es de concretar. Para conocer las causas y proponer soluciones, no bastan las ideas generalistas. Apelar a la perdida de valores sin mas, me parece demasiado general. Cualquiera se perdería tratando de definir cuales son los valores perdidos.

Como señala Eduardo Olier en su acertada obra "Codicia financiera", he procurado investigar las causas próximas de los gravísimos problemas socioeconómicos y por ende políticos de hoy.

Identifico la primera y principal causa en la propagación, promoción e imposición sistemática de un neoliberalismo sin control basado en un peligrosísimo "laissez faire" ó «dejen hacer, dejen pasar» como fundamento de la creación de riqueza.

¡Como si al mamífero dominante se le pudiese dejar campar por sus respetos sin control alguno!

Estas ideas tienen su origen el siglo XVIII, cuando Adam Smith aseguraba que la búsqueda del interés propio acabaría trayendo el bienestar a todos. Según él, una mano invisible acabaría ajustando los desajustes, pensamiento que se ha convertido en la regla de oro de los últimos cuarenta años.

Este pensamiento ha tenido el aplauso y el apoyo de reconocidos economistas que han defendido la codicia, sin mencionarla en absoluto, en total connivencia con la clase política.

Identificada la causa, surge el problema principal actual: una jauría de renombrados financieros pusieron en practica toda su creatividad con las bendiciones de los economistas, la protección de los responsables políticos y de los grandes organismos económicos internacionales, que han permitido practicas absolutamente inmorales cuando no criminales.

La economía financiera sin control y las inestabilidad que ha producido en la economía real, han sido la primera consecuencia de la crisis que hemos padecido y que hoy continúa.

Asimismo, la economía financiera es la principal responsable de las desigualdades gigantescas que se ven entre pobres y ricos y del mayor ataque global a las clases medias que estas han sufrido.
En España, sin ir más lejos, uno de cada cinco ciudadanos, el 21 % de la población, se encontrara en 2012 por debajo del umbral de la pobreza.

Creo que ha quedado claro que las viles prácticas de la economía financiera no serian posibles sin el concurso y apoyo de los reguladores, es decir, de los responsables políticos.

Son las clases políticas dominantes las que facilitan que los mercados financieros ahoguen a la economía real.

El destrozo económico del que hemos sido testigos, y que aun sufrimos, no habría sido posible si los reguladores no hubieran permitido la expansión de productos financieros tóxicos, ni hubieran facilitado unas condiciones en los mercados que fueron el inicio de otros abusos.

Tampoco habrían sido posible los problemas habidos en numerosas entidades financieras sin la cohabitación de políticos y gestores empresariales.

Entidades que han tenido que ser rescatadas a base de impuestos a los ciudadanos, mientras los responsables se otorgaron, en muchos casos, enormes sumas por su gestión al frente de empresas quebradas.

Los que aún tienen 'fe en el hombre actual', proponen un cambio de rumbo manifestando que este no debiera contemplar como única solución el llevar a cabo políticas económicas restrictivas y ajustes excesivos que, al final, sufren los que menos tienen.  Esto solo llevara a un retroceso de muchos de los derechos hasta ahora adquiridos.

Con ello, el Estado de bienestar ira poco a poco desapareciendo.

¿Y cual es ese nuevo rumbo? Pues los teóricos bien pensantes creen que, simplemente, sería suficiente la creación de estructuras políticas mas democráticas, clases políticas mas honradas, mas separación de poderes y una justicia efectiva e independiente.

Y todo ello encaminado a trasladar a los mercados globalizados los mismos mecanismos.

¿No recuerdan la historia? La democracia y la separación de poderes se trajeron con sangre; el Estado de bienestar también. De manera que de pronto emerja una clase política honrada y justa es algo inconcebible.

Creo que ha quedado perfectamente demostrado que la codicia es un problema profundo vinculado a la naturaleza biológica del hombre. En un contexto social líquido,  sostenido por un pensamiento postmoderno ya crepuscular, no veo la posibilidad de subsistencia de este Homo tardío, tal como está, a medio plazo.

Habrá que buscar la senda de la biología porque la ética, en el fondo, siempre ha capitulado frente a la codicia.


Efectivamente, en la ciencia parece estar la clave: en los mecanismos evolutivos de la cognición humana.

Algunos experimentos de la neurociencia han mostrado que cuanto más codiciosa es una persona, la corteza prefrontal de su cerebro tiene menos capacidad para disminuir el placer de ganar más dinero, inhibiendo la actividad de las neuronas del estriado ventral, implicado en ese placer.

El cerebro del codicioso podría funcionar entonces de manera diferente al de las personas que no lo son.

Otros estudios han sugerido que, como los codiciosos tienden además a apostar fuerte para maximizar sus ganancias, podrían padecer una perturbación mental que anula su capacidad para percibir el riesgo o para ver las necesidades de los demás.

Las personas con una corteza prefrontal ventromedial diferente o dañada, carecen de la capacidad empática para llegar a respuestas morales, y cuando se enfrentan con dilemas morales, estos sujetos entienden y defienden con toda frialdad que "el fin justifica los medios"

Estos sujetos parecen tomar decisiones sin la angustia que aqueja a quienes tienen un cerebro que funciona normalmente.

Estos son algunos datos empíricos que ayudan a entender el mecanismo cerebral implicado en la codicia: Los neuropéptidos oxitocina (OXT)  y arginina vasopresina (AVP) han desempeñado papeles clave en la evolución de los mamíferos en cuanto a la regulación de la cognición y comportamientos sociales complejos como el apego, la socialización, el altruismo, la codicia, el reconocimiento y la agresión, así como la ansiedad, el miedo y la extinción del miedo.

Mi propósito no es entrar a describir como los sistemas OXT y AVP actúan bioquímicamente en cerebro humano. Solamente trataré de mostrar que son determinantes con respecto al comportamiento social. Y todo ello a través de estudios genéticos, de neuroimagen, neuroendocrinología y de estudios clínicos.

Para evaluar lo que estos neuropéptidos representan, experimentalmente pueden administrarse de forma no invasiva en el cerebro humano mediante administración intranasal, con claras consecuencias a nivel conductual y neural.

Después de la administración intranasal, OXT mejora el reconocimiento de emociones, mejora la mirada hacia la región ocular, promueve la confianza y el comportamiento pro-social, y reduce las respuestas de comportamiento y endocrinas al estrés social.

En estudios iniciales, la administración intranasal de AVP parece influir en la comunicación social y frenar el estrés - Las variantes de riesgo en los genes que codifican para estos receptores cerebrales específicos para OXT y AVP se han asociado a determinadas patologías y también comportamientos humanos como parece ser la tendencia a la codicia.

Los estudios de imágenes genéticas muestran que las variantes de riesgo genético en los receptores cerebrales para OXT y AVP afectan la estructura y función de las regiones clave para el comportamiento social, incluida la amígdala, la corteza cingulada anterior y el hipotálamo.

Los estudios de neuroimagen funcional que utilizan la aplicación intranasal de neuropéptidos, respaldan la opinión de que los efectos de OXT y AVP en la conducta social están mediados por circuitos límbicos con la amígdala como estructura central. Estudios recientes han comenzado a proporcionar evidencias del deterioro del funcionamiento de OXT y AVP en trastornos mentales caracterizados por una alteración precoz del vínculo o una patología de interacción social.

Resulta fundamental establecer que las variantes comunes de riesgo genético en los genes que codifican los receptores cerebrales para OXT y AVP se han asociado con el autismo y los fenotipos de comportamiento social en humanos..

La inercia a acumular recursos contrarresta el sentimiento de incertidumbre sobre lo que le puede pasar a uno en el futuro, por lo que la codicia pudo haber evolucionado en nuestros antepasados ancestrales como una forma de adaptación cuando el entorno es pobre en recursos...





Notas

(1) Schopenhauer A., Parerga y paralipómena". Madrid, Trotta, 2 vols., 2006 y 2009. Tomo I, 2006 (2ª edición 2009).

(2) Borja Vilaseca es escritor, filósofo, conferenciante, profesor y emprendedor de proyectos orientados a la transformación y el despertar de la consciencia de la sociedad. Su gran pasión es democratizar la sabiduría para inspirar un cambio de actitud y de mentalidad, de manera que las personas aprendan a ser verdaderamente felices y sepan cómo desplegar todo su talento y potencial al servicio de una función profesional útil, creativa y con sentido.

(3) Hernández Gómez, José Ricardo. "La anticorrupción en Colombia - El agente encubierto y la función de inteligencia" Prolegómenos 21 (41): 99-114.

(4) Eduardo Olier, nacido en Madrid en 1949, es doctor ingeniero de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Madrid. Fue profesor titular en la Cátedra de Matemática Fundamental y Programación de la Escuela de Ingenieros de Telecomunicación de Madrid y realizó programas de postgrado en Crandfield School of Management y Harvard Business School. En la actualidad, dirige la Cátedra de Geoeconomía y Estrategia Internacional del Instituto de Postgrado CEU.

Ha sido director de programas tecnológicos en la Agencia Espacial Europea (Holanda) y ha ocupado puestos directivos en Repsol y el Grupo Industrial BBV-Iberdrola. Fue socio director de la firma de consultoría estadounidense Deloitte Consulting y presidente para Iberia, así como vicepresidente ejecutivo de la empresa japonesa NEC, donde fue responsable del sur de Europa y Latinoamérica.

Asimismo, ha ocupado la presidencia del Consejo Asesor de la consultora Bearing Point en el sur de Europa; y de la firma de recursos humanos Korn Ferry en la misma región. En el ámbito de los medios, fue presidente del Grupo Negocios, así como editor de la Gaceta de los Negocios y vicepresidente de Intereconomia Corporación. Casado y con 5 hijos, actualmente preside en España el Institut Choiseul, think tank de origen francés, y dirige la edición de las dos revistas Choiseul que se publican en español: Geoeconomía y Seguridad Global. Es, igualmente, miembro del Consejo de l'Union Culturel pour la Méditerranée (París) y presidente para España y Portugal, de la sociedad de gestión de inversiones BN Capital Assets con sede en Milán.

Recientemente, ha sido nombrado nuevo presidente del Instituto Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra. Sustituye en el cargo a Enrique Sendagorta, recientemente homenajeado en el acto del 25 aniversario de este centro.

(5) Olier, E., "Codicia Financiera". Pearson, Madrid.

(6) Macfarlane Burnet. "El mamífero dominante. La biología del destino humano". Alianza Editorial. Madrid, 1973

(7) Bauman Z., "Modernidad líquida", FCE. Madrid, 2016

(8) Carsten K.W. De Dreu, H. Steven Scholte, Frans A.A.M. van Winden y K. Richard Ridderinkhof. "Oxytocin tempers calculated greed but not impulsive defense in predator-prey contests".Social Cognitive and Affective Neuroscience, Volume 10, Issue 5, 1 May 2015, Pages 721–728,

(9) Uzefovsky, F., Shaley, I., Israel. S., Edelman, S., Raz, Y., Makuta, D., Kanofo Noara, A., Ebstein, R.B."Oxytocin receptor and vasopressin receptor 1a genes are respectively associated with emotional and cognitive empathy" Hormones and Behavior, Vol. 67. Enero 2015. Pag. 60-65









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